(Hoy la versión española toca debajo :)
I must admit, my interest in architecture never survived the IX century. So if there is some kind of photography I've never paid many thoughts, I should probably mention that one. I usually have fun taking photographs of basically everything, and I did have fun taking the following ones (even if this was almost an impossible mission!), but I simply never do it without an external reason.
So when some weeks ago I was assigned a series on the architecture of the International Cultural Centre of Avilés, designed by Oscar Niemeyer, I was more worried about the amount of time I would have to spend on trains in order to arrive there than about the actual photographs. Feeling quite embarrassed to admit that!
As I chose the only non-rainy day in weeks for my mission, the place was so full of people it was really difficult to make a photo without heads, legs and other parts of human beings dancing happily in every corner. I decided then to focus on lines and curves, which is, I believe, the most interesting thing about the buildings of this complex. The light inside one of its galleries was amazingly soft, incredibly resting for your eyes, your head and even your thoughts. That was by far my favorite thing about the place, which I suppose is the reason why is starring in my favorite photos from that day.
And by the way! Arte Joven, a blog about young artists, has posted recently a little nice text about me! Only in Spanish, but the showcase of my work is quite different from the usual photos other blogs and magazines chose from my portfolio, so you may want to have a look anyway :)
Una buena forma en las que os podéis sentir dramáticamente engañados en este momento: dándoos cabal cuenta, mientras un travelling avant avanza hacia un primerísimo primer plano de vuestros rostros desencajados por el dolor de la traición, que lo que he escrito arriba es una mentira cochina y no va a haber versión española del texto en inglés. Damas, caballeros y aquel inefable e inclasificable ser que se oculta al fondo del salón: mi cerebro ha desconectado por propia voluntad ante el agotamiento físico y ocular que arrastro estos días entre las horas seleccionando y editando fotos y unas agujetas que parecen haberme jurado lealtad eterna. En estas circunstancias algo tan técnico como traducir un texto resulta mucho más difícil que parecer una chiflada en mi propio blog, actividad para la que nunca he necesitado esforzarme.
Así pues, os resumo: hace varios días atravesé las verdes tierras de varios verdes valles para visitar Avilés, una ciudad que comienza mal, no lo voy a negar, con esa postal de bienvenida llena de fábricas y rotondas feas, pero termina bien, invitándote a pasear por sus callejuelas empedradas llenas de encanto y de cafeterías y tiendas bonitas. Mi objetivo era hacer un reportaje de arquitectura sobre el Centro Niemeyer Cultural Internacional de Avilés para el cole, y me di de bruces con un mercadillo justo y cientos de personas pasando la tarte dentro y alrededor de él. La misión adquirió tintes épicos ante tal cantidad de enemigos dispuestos a protagonizar mis fotos quisiera yo o no, así que me centré en las líneas y las curvas que caracterizan su diseño, me despedí de los planos generales y le di la bienvenida a los contrapicados. ¡Ah! Y me compré una crema hidratante corporal muy agradable de una pequeña marca de cosmética artesanal de Oviedo llamada (hazte fan) Bellamoza. Sé que necesitabais saberlo.
Arte Joven ha publicado una pequeña muestra de mi portfolio aquí, con algunas fotografías de paisaje que aún faltan por subir a mi página web.
Y total, que a lo tonto creo que os lo he resumido poco ;)
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